lunes, 5 de octubre de 2020

 CONSENSO IDEOLÓGICO, CENTRO POLÍTICO E IDEAS




Una crítica al mal llamado consenso político, su naturaleza y efectos


Alberto Rodríguez Cabrerizo                 09/VIII/2020



Antes de adentrarnos en su análisis, definamos qué es el consenso. Según la RAE, es el “acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos”.

La definición, a mi entender, más cercana al ámbito político actual es la que se refiere al consenso como el área moral, económica y social que constituye el marco de legitimación del Estado frente a lo que cierto sentir social, por influencias previas, establece como aceptable o deseable de cara a unos dogmas de gobernabilidad y legitimación social.

Representación de un posible consenso dentro del panorama político

        Si nos ceñimos a su naturaleza esta no es estática, sino dinámica, aunque su dinamismo es bastante limitado y lento en el tiempo. A continuación, vamos a ver lo que grosso modo pueden ser las principales características de su comportamiento:

       A) Se establece dentro de unas coordenadas estatistas. Es decir, el Estado mediante mecanismos como la educación, lobbies, medios de comunicación, etc., publicita ideas como correctas y establece una moral determinada. ¿Cuáles son las ideas? Aquellas que perpetúan su “existencia” y legitiman y alaban el papel del mismo, y todo esto acompañado de publicidad negativa y promoción de movimientos contrarios a los cuerpos intermedios, contrapoderes antimonopolistas y propiedad privada.

    B) La oscilación del mismo, dentro de lo anteriormente mencionado, abarca desde posiciones autoritarias, liberales (que no libertarias), socialdemócratas, etc., pero siempre dentro de esas coordenadas que aseguran y promueven la continuación del Estado.

    La oscilación del consenso durante finales del siglo XIX y a lo largo del XX ha ido en contra de la monarquía, su sustitución por el Estado republicano-democrático (en el sentido hoppeano) y el asentamiento de la socialdemocracia (desde los años 30) y la economía de síntesis neoclásica (desde los años 60).1

    C) Lentitud transitoria. Al igual que las modas, el sentir social varía. Esta variación es lenta y normalmente condicionada a priori para que se llegue a un punto deseado, bajo una sensación de libertad de elección. Por consiguiente, el Estado presenta una oferta previamente calculada que da la sensación de satisfacción bilateral, cuando realmente es solo de una de las dos partes.

    ¿Cómo varía el consenso? Imaginemos una circunferencia donde unas bolas que se hallan en su interior representan a los individuos y estos, al igual que unos átomos sometidos a variaciones de temperatura y presión, tienden a agruparse y/o chocar contra la superficie de la circunferencia en ciertas coordenadas ante factores exógenos, lo que crea finalmente una figura irregular que toma su dirección, como si de una suma vectorial se tratase, hacia donde la mayoría apunta.

    D) Preferencia temporal. El consenso, al ser temporal y variable, necesita satisfacer a ciertas áreas del espectro político antes de proseguir con su dinamismo, para así no provocar que el área a satisfacer ocupe zonas contrarias a sus intereses o que el lastre entorpezca o cuestione su movimiento. Para ello, se promueve una alta preferencia temporal, tan alta que solo existe el corto plazo y que económicamente se apoya en el keynesianismo y modelos similares. Un individuo con tan alta preferencia queda desprovisto de ahorro, inversión y, por ende, desarrollo. Todo esto conforma un individuo dependiente de forma absoluta del Estado y de sus limosnas (subsidios) previamente establecidas como buenas y de obligación moral, que constituirán un apoyo fiel y dinámico al Estado y contribuirán a que se consensúe como correcto.

    El consenso es la dictadura ideal, disimulada y de sensación de libertad que, además, procede de una legitimación de la masa social.

    El consenso, ese área abstracta, abarca una serie de principios e ideas que establece como correctos, los saca de todo debate o, en el mejor (dentro de lo peor) de los casos, estas ideas se debaten dentro de unos límites, los propios del consenso. Existe, por tanto, una disidencia controlada. Las ideas que quedan fuera de debate son aquellas que justifican e intentan legitimar al Estado directa o indirectamente.2 Por norma general, estas ideas suelen alejarse de la acción humana, orden natural y libertad. El motivo es la necesidad de desplazar el orden natural para que el Estado se convierta en un elemento moral absoluto, incluso científico, con capacidad para determinar qué es verdadero y qué no basándose solo en su poder. También se le puede ver como una moral que determina qué es válido y qué no mediante el señalamiento, acoso y derribo mediático de todo aquello que salga del consenso y se considere molesto o inadecuado.3

    Otro sujeto que aparece en este fenómeno es lo que se denomina centro político, el núcleo y principal sustento del consenso. Si hiciésemos una serie de símiles con el centro, podríamos ver que es la nada en el todo, la definición de la indefinición. El centro es esa ausencia de ideas que nos habla de avance porque simplemente se deja llevar por la corriente y relaciona directamente que dicha ausencia es buena porque ni rema a favor ni en contra de lo establecido. En su imposicionamiento, incapacidad de debate y constante búsqueda de beneplácito por aquellos que dictan el consenso reside su inapropiada superioridad moral de sentirse en el punto de equilibrio pensando que este se mantiene gracias a ellos, cuando simplemente reposa por su inactividad, mientras que a su vez tachan de extremistas a cualquiera que se sitúe fuera de él por pequeño que sea este alejamiento.

    Podríamos pensar que realmente la ideología del centro existe por sí misma y que defiende unos principios, pero si nos adentramos en el análisis de esta vemos que el posicionamiento no reside en unas convicciones emanadas del estudio con unos fines, sino que surge de un preacuerdo y evoluciona lentamente en dirección de lo que se va considerando apropiado por aquellos que dictan el consenso. El centro no es centro de nada realmente, puesto que aunque nosotros estemos en el centro de un móvil, si este se mueve, jamás estaremos en el mismo sitio, ni defendiendo lo mismo ni de la misma forma; no existen pilares sino unos principios de naturaleza nómada que vagan por el espectro político según las circunstancias establecidas. Jamás, desde el final de la IGM, el centro ha establecido una resistencia ante ningún suceso, y de ser así acabó en una abstención. Acataron la implantación o derogación de sistemas y medidas de toda índole, dejando latente la ausencia de unos pilares férreos ante los cambios. En definitiva, nunca fue un posicionamiento claro, contrario o diferente a lo establecido, lo que demostró el poco peso de sus políticas dentro de los diferentes sistemas.

    En definitiva, se establecen como legitimadores del consenso y, por tanto, del Estado, aunque lo más curioso es que se enmascaran en una supuesta libertad que asocian a su vez al propio Estado. Esto se debe a que al hallarse en el centro del consenso, la sensación de poder desplazarse dentro de él se asocia con una defensa de la libertad, cuando esta viene ya determinada y demarcada por unos límites no sobrepasables que establece quién demarca el consenso.

    Como he dicho, el consenso es el lugar donde no existe el debate de las ideas, se toman ciertas cosas por verdaderas y falsas, se establecen los márgenes de disidencia y se hace creer que existe una diversidad de pensamiento. Procedo a analizar las consecuencias de esto en la sociedad.

    Una de las principales consecuencias es el surgimiento de un dogmatismo generalizado fuera de toda doctrina o estudio del orden y naturaleza. La verdad no necesita ser impuesta, ya que por su naturaleza y lógica esta se reconoce y es universal. Sin embargo, la mentira ha de ser impuesta de forma violenta por algún ente coactivo, en este caso el Estado, y mediante el consenso intenta su implantación acompañada de una legitimación alejada de cualquier cuestionamiento, lo que hace creer al individuo que si el conjunto (N) piensa de forma “X”, el “N-1” que piensa diferente es, por tanto, alguien que se equivoca, creando así una presión mediática que calla la disidencia.

    El consenso es quien predica estos dogmas procedentes del Estado, propugnando así una moral y unos mandamientos alejados de todo orden natural y estableciendo, por tanto, a este como un ente moral por el cual legitiman su postura de consenso, ya que al Estado se le atribuye la capacidad de dictar lo falso y lo verdadero, lo bueno y lo malo...

    La consecuencia de dar de lado al debate de las ideas y movernos en unas ideas preestablecidas y tomadas como absolutas (o casi absolutas) es abandonar lo que somos. La cultura occidental, la más libre, avanzada y rica, procede ya desde la tradición grecolatina del debate filosófico de las ideas y del desafío a la autoridad consensuada establecida. Tanto Jesucristo como Sócrates fueron condenados a muerte por sus respectivos Estados, resultado ambas del consenso emanado de la opinión pública, ya que ambos rompieron con lo establecido y, como sabemos, hay verdades incómodas, incómodas para la mentira consensuada.

    El ejercicio del debate mediante la retórica socrática lleva al asentamiento e interiorización de conceptos e ideas, de sus argumentos y contraargumentos, siendo este junto con la lógica (filosóficamente hablando), orden natural y praxeología la mejor forma de acercarnos a lo justo y lo verdadero (aunque sea inalcanzable) y aumentando la capacidad intelectual del individuo y, por tanto, del conjunto de la comunidad. De esta forma, este se dota de un raciocinio que le llevaría a un estadio de madurez que le permitiese su prácticamente autogobierno y la capacidad de colaboración socio-económica con los demás para vivir en libertad.

    Ante todo esto, el consenso actúa como un disolvente de la capacidad expansiva del debate y como estancador del mismo, ya que la disidencia controlada establece unos límites que no son sobrepasables y el “debate” (lo pongo entre comillas porque no merece ser llamado así) gira en torno a unas ideas ya preestablecidas con algunos pequeños cambios que surgen entre aquellos que dictan qué es el consenso.4 El consenso elimina toda necesidad intelectual de cuestionar, argumentar o contraargumentar en pro de una falsa sensación de conocimiento absoluto que procede de un supuesto pragmatismo y de una indefinición a priori. Por tanto, nos condena al estancamiento intelectual y moral, y da así a la posibilidad de la implantación de los dogmas del Estado, que, como resultado, conducen a una degeneración moral e intelectual donde la mediocridad es halagada y nos ha condenado a la situación actual.5

    Supongamos que el Estado es legítimo y que es la base del consenso. Si el Estado tiene potestad legislativa, la legitimidad del consenso surge porque es base para la ley y a la vez la ley apoya lo que estos defienden (en el panorama español estos serían los famosos constitucionalistas). La propia existencia del Estado, el consenso y el poder legislativo forman un circuito de retroalimentación que lleva a que esas ideas ya estén amparadas y asentadas de forma bastante firme en el sistema. El caso más clarividente sobre esto son las leyes que legislan sobre la Historia, libertad de expresión o similares. Como conclusión, el consenso no posee legitimidad alguna, puesto que se apoya en el poder judicial de forma coactiva y, por tanto, este permanece por la fuerza, lo que le aleja de toda libertad posible y de cualquier acercamiento a la definición de consenso (la real).

    Hablemos ahora sobre la gobernabilidad, esa baza que siempre sacan en defensa de su actuación, excusándose en que defienden lo que es útil y lo que funciona. Es cierto que el centro es pragmático, pero eso no es base para afirmar que es justo, legítimo o que funcione correctamente. Lo que ellos llaman la “realpolitik” se puede explicar fácilmente mediante un símil con un juego de mesa. Se establece el juego (consenso) y se crean una serie de reglas aplicadas a ese juego, llega el consenso a jugar y afirma que sus políticas son pragmáticas y reales porque simplemente aplica las reglas de ese juego. Es pragmático porque el qué hacer ya está previamente indicado o en caso de no estarlo se establece una analogía o se actúa como si de jurisprudencia se tratase. Siendo conocedores del sistema, lo que a futuro puede pasar se hace más predecible, pero, como ya he mencionado, esto no lo hace ni justo ni legítimo ni útil realmente. Tanto el consenso como el Estado tienen una preferencia temporal muy alta, por lo que su capacidad para considerar las consecuencias futuras o analizarlas es nula. Esto se debe a que estas surgen de un constante empeño por matematizar aquello que es incuantificable en su mayoría (excepto finanzas y contabilidad), ya que lo que se intenta delimitar procede de la acción humana y el orden espontáneo, en un intento de reducirnos a variables numéricas de una ecuación. Son los errores de cálculo que esto crea, en el intento de predecir el largo plazo, los que derivan en una problemática crónica a la que aplican siempre las mismas soluciones (preestablecidas), o simplemente llevan a cabo una pequeña variación, pero que a su vez emana del mismo sistema causante del problema. Si la problemática es causa del sistema y las soluciones del sistema incrementan esa problemática o tan solo no la resuelven, la retroalimentación es constante, ya que la cuestión de fondo es la naturaleza del sistema en sí y el empeño de su matematización para tener la forma de intentar dirigir y controlar la acción humana (fuera de toda praxeología). Por tanto, vemos cómo el pragmatismo en el que se excusan no es útil más allá de su fácil aplicación, y a largo plazo crea una problemática que se aleja de todo pragmatismo.

    Como conclusión y a modo de resumen, el consenso es la anulación de la libertad, de uno de los pilares humanos del desarrollo tanto social como intelectual y cuya legitimación no es verdadera, ya que surge de una imposición coactiva procedente de la capacidad legislativa del Estado, la cual se atribuye alejándose de cualquier orden natural e intento de sometimiento al derecho. Esto da como resultado un escenario base de comportamientos predeterminados para su propia justificación.

   

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1-. Todo esto iniciado, de forma considerable, por la creación del “sistema de pensiones” de Bismark. En un inicio, al haber una cantidad de cotizantes mucho mayor que de beneficiarios dio a pensiones muy generosas y a un endiosamiento y sentimiento social masivo de aceptación de estas. Si tenemos en cuenta que es el impuesto más grande y que recibe un beneplácito generalizado, tenemos la hoja de ruta perfecta para considerar que es lo bueno en aras del poder estatal.

2-. Entendamos batalla o debate de las ideas como el conjunto de ideas sometidas a constante debate que pueden llegar a ser verdades de forma espacio-temporal mientras no se les encuentre contraargumento que las desbanque o se haya alcanzado la solución a la cuestión.

3-. Como señalaba anteriormente, el consenso es una dictadura, no política, sino mediática. El pensamiento único que se promulga desde los medios e instituciones insta a la masa a esa moral absoluta y se incita al señalamiento del diferente. Si a esto le añadimos una disidencia controlada, tenemos al argumentario ideal para hacer creer que existe cambio político mediante cambio de color.

4-. La cuestión de fondo es que la contraargumentación posible a la introducción de nuevas ideas en el consenso realmente es nula por parte de los perpetuadores de este, así que lo intentan justificar y lo añaden a su lista de dogmas.

5-. Otro punto es la alta preferencia temporal inherente al consenso. Al estar todo dado y ser prácticamente inmediato, esta se vuelve muy alta y condena al individuo a un infantilismo crónico y a la pérdida de autogobierno.




lunes, 28 de septiembre de 2020

"Teoría del Alma: Ser, Dios y su necesaria existencia"

 

"Teoría del Alma: Ser, Dios y su necesaria existencia"


Alberto Rodríguez Cabrerizo                                                                           26/IX/20



ÍNDICE

1. Introducción

2. Concepción inicial

3. “El Yo”

4. Familia, pareja y amigos

5. Dios

6. Conclusión


  

                                           

1.Introducción

     En este microensayo voy a tratar una experiencia personal sobre cómo llegué a la necesaria existencia de Dios filosofando sobre lo que en mí y en el exterior más cercano observaba.

    Antes de empezar, quiero aclarar que no se trata de una teoría que tienda a una trascendencia en su fin o que busque demostrar la existencia de Dios de forma teológica, ya que carezco de conocimientos y sólo aquel que crea creerá y el que no recelará.

2.Concepción inicial

    




     
Concibamos el alma como una circunferencia dividida en dos partes. Cada una de estas representa lo que nos es mundano y lo que no a vistas de la acción humana. Si estas partes se cultivan y se obtiene un provecho sano y beneficioso, estas se llenan acercándose a la plenitud del ser (100%). La división y las partes tienen un porqué que explicaré más detenidamente a continuación.

    En la parte mundana se encuentran “el Yo”, los amigos, la familia y la pareja. Aquí se engloba aquello con lo que tenemos relación de nuestro entorno y los objetivos, factores y circunstancias que nos influyen como individuo (“el Yo”).

    La mitad restante corresponde a lo no mundano, lo intangible, lo irreconocible a los sentidos. La razón por la que añado esta parte es porque, como veremos a continuación, no todo lo que nos influye y nos determina corresponde a nuestro entorno inmediato o sensorial.

    Explicados, grosso modo, las mitades y sus elementos, procedo a la explicación más exhaustiva de cada una de ellas.

3."El Yo"

    “El Yo” es la parte personal e intransferible de cada uno de nosotros. Esta parte se halla completa cuando cuerpo y mente se cultivan constantemente, y lo que es más importante, sin suponer una monotemática o el centro de nuestra acción humana. La parte corporal se cultiva mediante el ejercicio físico, ya sea cardiovascular o de musculación, dándose el primero en más proporción que el segundo, ya que la salud cardiovascular alarga y mejora nuestra vida y nos aporta mayor resistencia. Ejercitar únicamente la musculación nos lleva a un estadio corporal en el que vivimos por y para el cuerpo, y este se convierte en el centro de todo, por lo que descuidamos otros factores y conseguimos una condición física que se mantiene mediante una excesiva alimentación y que a nivel cardiovascular te anula. La musculación debe conseguirse y trabajase bajo unas condiciones naturales y una alimentación sana que no caiga en gula, todo por cuestiones económicas, morales y de salud.1

    La mente, se cultiva mediante la lectura (preferiblemente filosofía económica, política, humana y teológica), el ejercicio de la filosofía,la psicología y la educación. La formación académica, el aprendizaje y las capacidades adquiridas de la filosofía otorgan al ser la habilidad de entender, interiorizar, formular y aplicar el conocimiento y convertirlo en acciones que forman parte de su progreso personal.

    La psicología nos presta al ser la capacidad de usar la mente (en simbiosis con Dios como se verá) para el control del cuerpo y de nuestra acción y, por tanto, para condicionar nuestra actuación tanto a nivel intelectual, físico y personal.

    Finalmente, “el Yo” alcanza una autoestima y condición psicológica plena o casi plena cuando lo anteriormente señalado se lleva a cabo (no de forma ortodoxa, puesto que esto es una opinión personal), lo que provoca que el desarrollo mental y corporal otorguen un bienestar y ambiciones en la vida y quehaceres del día a día.

4.Familia, pareja y amigos

    Esta parte está formada por aquellas personas que de forma preconcebida o espontánea tienen relación con nosotros y que mediante su amor, cariño, comprensión y compañía nos acercan a la plenitud de esta área.

    La familia es aquello que de forma involuntaria nos acontece desde que nacemos hasta que morimos, donde somos y aprendemos a ser. La familia más cercana son nuestros padres, seguidos de abuelos... La relación con ellos, lo que se nos enseña y el amor de estos son parte fundamental en esta parte del alma. Podemos establecer mayor o menor relación con nuestros familiares y en caso de nula relación, la que formemos en un futuro será la que tendremos y donde recibiremos lo que en su momento no pudimos o quisimos recibir.2

    La pareja es otra porción esencial. Es aquella persona que nosotros libremente elegimos porque lo que nos aporta y sentimos no lo encontramos en nadie más. Es algo exclusivo en gran parte de su naturaleza y es el pilar donde vamos a asentar nuestra familia y a prolongar la ya existente. La función de esta, junto lo que nos aporta en tantos aspectos del día a día y en diferentes situaciones la hace fundamental en el acercamiento a la plenitud del ser en este cuadrante y en su totalidad.

    Los amigos, como dicen, son la familia que elegimos. Son aquellas personas ajenas y desconocidas que por una serie de características nos despiertan sentimientos positivos y viceversa. Con estos establecemos una relación en la que la vivencia de distintas etapas o circunstancias se hacen más livianas, llevaderas y agradables. Su presencia en nuestra vida nos lleva a que lo que nos rodea sea mejor, a complementar nuestro alma y sentirnos bien con lo exógeno.

5.Dios

    En este apartado trataremos la importancia de Dios y la razón por la que le atribuyo la mitad del alma.

    Cuando nos referimos a Dios, hablamos de todo aquello ajeno a lo mundano o terrenal. Son las cosas que nos influyen pero que no tienen origen tangible en el mundo que habitamos, sino en Dios.

    La necesaria existencia de Dios surge del caso de un ser que tiene unas carencias afectivas, sin familia, amigos ni pareja. Aparte, su situación personal es pésima, su cuerpo sin forma y enfermizo y su mente hundida en la mediocridad o sin ánimos para nada más que simplemente cumplir las funciones básicas. A continuación voy a exponer dos situaciones, una donde el alma está representada como en el dibujo y otra donde el alma tiene dependencia en su totalidad con lo mundano.

    Partiendo de que lo mundano es el todo y este individuo se halla en una situación casi nula de su ser, tenemos a una persona cuya alma se podría expresar con una asíntota.



    Su alma se acerca a su nulidad pero sin alcanzarla, (en ese caso el individuo quedaría desprovisto de capacidad de ser) es incapaz, está desprovisto de cualquier fuerza física o emocional que le permita remontar su situación y carece de cualquier pilar o guía a futuro. Lo mundano que representa su totalidad le aporta una cantidad tendiente a cero. Esa persona estaría en una tabula rasa, infinita, casi sin nada, perdida, incapaz de elegir un destino por falta de orientación, fuerza y convicciones. Supongamos que aparece por casual un amigo, pareja o familiar y el alma de este empieza a llenarse. Podemos pensar que es destino, casualidad o que ha sido Dios. En el último caso, no podemos demostrar que Dios no haya sido partícipe de ello, por lo que aun suponiendo un alma plenamente mundana la existencia de Dios no queda descartada.

    El siguiente caso (el expuesto), Dios representa la mitad del alma, representa aquello que nos influye en el ser pero que es invisible a nuestros ojos. El ser que en lo mundano se halle anulado no queda desprovisto de alma, esto sería la negación del ser, de su esencia. En este caso no se aplica la asíntota, puesto que alma no es un conjunto único, sino que cuenta con dos partes. Es decir, el individuo podría hallarse desprovisto de cualquier atributo de los estudiados pero no perdería su esencia. ¿Por qué? La respuesta es Dios, aquello que es ajeno a los sentidos pero que nos aporta y nos otorga la capacidad del ser que solo nosotros tenemos (hijos a su imagen y semejanza). Cuando todo lo propio y ajeno es nulo, es Dios quien nos aporta el sustento emocional para mantenernos como ser y si nos acercamos a él, nos entregamos a sus brazos, recibimos perdón, amor y se nos muestra su palabra como aquello que nos hace falta y que no teníamos ("una palabra tuya bastará para sanarme"). El ser que desprovisto de todo lo tangible se acerca a Dios logra unos pilares presentes, donde su caída acaba y aparece una guía moral futura, donde mediante la entrega a Dios el ser logra una abstracción emocional, física y mental que lo alejarán del hedonismo que lo condena a la constante búsqueda de placer, ínfimo e intrascendente, donde aprende dónde se halla la virtud y que el placer es aquello que sentimos en su justa medida, esa medida que nos otorga sensaciones placenteras pero que no nos condena, esa medida que controlamos y racionalizamos en pro de un beneficio futuro.

    Una persona que sea plena en lo mundano, jamás será plena en su totalidad puesto que tendrá (como un improbable máximo) media alma llena. Sólo el acercamiento a Dios nos otorga el poder tener un alma plena en casi su totalidad. La representaba como la parte inferior de la circunferencia porque es el sustento del ser. Mediante su divinidad el alma se purifica y expande sus límites dejando atrás las condenas mundanas (puede verse un símil platónico) y haciéndonos ver cuál es el verdadero disfrute del yo, de la familia, de la pareja y de los amigos.

6.Conclusión

    En definitiva, la existencia de Dios es necesaria porque no todo es mundano (y aun en el caso de ser así no podemos demostrar que no exista) y el alma no puede alcanzar su plenitud (que jamás alcanza en su totalidad) sin su presencia en nuestra vida. Es el pilar que sustenta la acción humana, su principio, su fin, que nos otorga un camino de gozo y plenitud y que se presenta como el que en esa tabula rasa nos enseña el camino. 3

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1-.Lo mismo podríamos decir de un exceso de ejercicio cardiovascular. Sin embargo a priori los ingresos en salud superan a los costes de fuerza, por lo que se obtiene un beneficio en cuanto a vida se refiere. Las proporciones de cada cual las debe implantar el individuo de forma libre y basándose en aquello que su cuerpo le indique y pida.

2-. Decido no profundizar más en lo que significa en tantas facetas la familia porque el ensayo se alargaría y nos desviaríamos de la temática a presentar. Además dejo a libre entendimiento lo que para cada cual es la familia y quiénes lo son.

3-. Me gustaría señalar que la visión y palabra de Dios está a libre interpretación de cada cual en las escrituras, él nos marca el principio y el fin, pero no nos traza el camino (aunque sí unos límites). Ningún ser posee la capacidad de interpretar la divinidad (sería divino y no humano). Respetad la palabra, sed libres y lograréis la plenitud. Huelga decir que me desmarco de cualquier interpretación vaticana y similares.

viernes, 26 de junio de 2020

MUNDO RURAL, DIOS Y ANARQUÍA

“MUNDO RURAL, DIOS Y ANARQUÍA”

Alberto Rodríguez Cabrerizo                                                                                                     26/VI/2020


ÍNDICE
1. Introducción
2. Supuestos generales
3. Instituciones tradicionales contrarias al monopolio estatal
4. Valores propios del paleolibertarismo en la sociedad
5. Conclusión



1. Introducción

    El escrito que desarrollo a continuación, es un pequeño ensayo dirigido a la demostración de
por qué una anarquía capitalista, tradicional y desarrollada en el entorno rural es a mi parecer la
mejor forma de organizar la sociedad ante la ausencia de Estado u cualquier otro ente de poder.
    Esta opinión nace de la influencia de ciertos intelectuales del ámbito paleolibertario y
anarcotradicionalista, reflexiones propias y síntesis de los dos anteriores. Puntualizar también que
no es un ensayo sobre como organizar una sociedad anarquica en su totalidad, sino que partiendo de
un supuesto anárquico (a parecer de cada cuál) exponer por qué el modelo paleo, rural y católico es,
para mí, la mejor forma de organizarse, mantenerse y desarrollarse, tanto a nivel individual como
colectivo.
    Antes de empezar ruego al lector que cambie el chip y se ponga el chip anarquista para la
mejor visión y entendimiento de los conceptos económicos, sociales y religiosos desarrollados a
continuación
2. Supuestos generales

    Definamos cuál va a ser la sociedad a la que nos vamos a referir para consumar la base del
ensayo y el consiguiente desarrollo.
    Entendamos sociedad rural una agrupación de individuos que oscile de forma aproximada
entre los 100 y 10.000 habitantes. Aparte, esta ha de tener una serie de características como trabajo
relacionado con el entorno medioambiental, cercanía de los individuos y relación entre los mismos
y capacidad de la comunidad de exportar e importar mano de obra, manufacturas, materias primas y
servicios en la propia comunidad.
    El tener trabajo ligado al medioambiente de la zona es fundamental por varios motivos como
son el hecho de que los terrenos privatizados tengan propietarios (colectivos o individuales) que
gestionen la explotación, mantenimiento y demás características económicas y medioambientales.
Todo esto, bajo las propias características económicas capitalistas llevarían a una optimización del
proceso en ambos campos creando una riqueza no ya individual sino intrínseca a la delimitación del
municipio y consecuentemente a sus habitantes. Podríamos pensar que la situación diese a un
oligopolio o incluso a un monopolio de las fincas a explotar. Si analizamos la costumbre ( a nivel
jurídico) y la interacción de diversos agentes económicos y sus respectivas actividades nos
encontramos primero con una solución legal e histórica y en segundo lugar una solución económica
procedente de la fragmentación del poder sin que ninguno de sus miembros tenga un peso notable y
que aparte por la propia naturaleza de las actividades desarrolladas, el mutuo entendimiento se
vuelve prácticamente obligatorio. De lo anterior, surgiría una red de cooperación socio-económica y
científica (ámbito ligado al estudio de la naturaleza) que se traduciría en una optimización de los
recursos naturales, mejora de la biodiversidad, medioambiente y un impulso a la iniciativa privada
en busca de nuevos recursos o formas de optimizar la explotación y uso de los mismos.
    La cercanía entre individuos y la relación entre los mismos vendría por tres vertientes:
económica, social y religiosa.
    A nivel económico la existencia de comercios locales, las actividades anteriormente
mencionadas y el intercambio comercial llevaría a una red de interacciones que por su propia
naturaleza llevaría a los individuos a relacionarse, conocerse y cooperar entre ellos.
    A nivel social la estancia en estos comercios, la realización de la actividad económica, la
familia y criterios comunes crearían lazos sociales entre los mismos rehusando la atomización y
aislamiento de los mismos.
    Cuanto hablamos de libertad e individuo, entendemos libertad la de cada cuál para su
proyecto de vida siendo este consecuente de sus actos y consecuencias. Siendo obvio, la no
intromisión en la propiedad o vida de terceros en perjuicio de estos. En cuanto al individuo, no lo
entendemos en una forma atomista, sino que, de una forma más libertaria y tradicional, solo se es
individuo con su exclusividad y características en la comunidad a la que se pertenece, es donde se
nos conoce por nuestras características y somos parte presente de algo, en este caso la comunidad.
    A nivel religioso aparece quizás la unión más fuerte, ya que aparece el concepto de
parroquia donde unos fieles comparten una moral, palabras, reflexiones, festividades,emociones y
principios que no solo crea un sentimiento de pertenencia a una comunidad, sino también, una
moral común que dará a unas pautas de comportamiento más o menos homogéneas y a una claridad
en cuanto a juicios morales se refiere (en el sentido que le daba Stuart Mill). Además los rituales
religiosos a su vez, fomentan la unión de estos y el sentir común de ver al prójimo de forma más
cercana pudiendo llegar a establecer lazos afectivos incluso que son la mejor forma de garantizar
una caridad efectiva, espontánea y totalmente altruista a la hora de ayudar a ciertos individuos que
pudieran verse en situaciones complicadas de forma temporal.
    La moral procedente de la doctrina católica emanada de la interpretación de los diez
mandamientos, pecados capitales y paradojas bíblicas constituirían una oportunidad de virtuosismo
y a la vez un faro moral para que individuos libres actúen consecuentes a estos pecados y al
conocimiento de que su salvación será individual. Estableciendo así, unos límites espontáneos y
divinos que garantizarían un orden y garantía hacia la propiedad privada y la vida.
3. Instituciones tradicionales contrarias al monopolio estatal

    Hasta ahora, el escueto análisis ha sido a nivel socio-económico y religioso. En este
apartado vamos a desarrollar la parte propia de la visión paleolibertaria. Intentaré destacar, los que a
mi juicio y entendimiento, son los elementos principales, para huir de una excesiva extensión que
podría ser objeto interesante de otro estudio, no siendo este el caso.
    La primera institución a destacar es la familia. La familia, es un pilar fundamental a nivel
social, económico, religioso y sobre todo una figura de contrapeso enorme al Estado. Esta tiene la
misión de cuidar, unir y facilitar el desarrollo de los individuos de cara al futuro. A nivel más
general, la familia surge como un elemento de protección mutua entre dos personas ante distintos
aspectos de la vida y también como un entorno idóneo para la crianza de los hijos. A nivel
tradicional la familia siempre ha sido fundamental y gracias a ella la humanidad ha avanzado en
gran modo a lo largo de la historia. La crianza la seguridad altruista de vida para cuidar de los
familiares desvalidos, la unión económica en busca de un futuro mejor, la transmisión de valores
morales, experiencias empíricas y conocimientos han sido su principal función y siempre llevadas a
cabo de forma única e inimitable para otras figuras sociales. De hecho, el Estado moderno ha tenido
el afán de nacionalizar estas tareas en busca de la disolución de la familia para romper la unión
entre los individuos, transmisión de la moral y sobre todo tener a individuos desvalidos
dependientes del Estado para legitimar su demoníaca existencia.
    La segunda institución es la Iglesia. Entendiendo a esta no como al Estado vaticano, sino
como la parroquia, fieles, pastores, Dios y la interacción de las mismas. La Iglesia deja clara la
existencia de pecado y virtuosismo constituyendo una moral, en el caso de la católica libertadora y
contraria a la fuerza y dogmatismos (véanse los fariseos) que en el caso del Estado vulnera. Siendo
el pecado más notable del Estado el pecado original aparte del uso de la fuerza para la imposición
de ciertos criterios y valores asociados a sus fines y disolución de la esencia del individuo y
cooperación de los mismos en pro de monopolizar el poder de los mismos.
    La tercera y última institución más notable serían las asociaciones de individuos.
Entendamos dentro de esta definición a las mutuas, cooperativas de ahorro y sindicatos. Siendo
estos elementos entes que tras una cooperación social buscan proteger y obtener un fin individual de
forma colectiva a través de la cooperación y adaptándose a la situación de cada uno de ellos. Una
vez más aparece la nacionalización y regulación de los mismos por parte del Estado ya que estos
son elementos de mercado que siempre han sido de contrapeso al poder y que desde la aparición del
Estado moderno han perdido presencia y poder por la presión estatal, regulación y nacionalización
de los mismos.

4. Valores propios del paleolibertarismo en la sociedad

    En cuanto a los valores paleolibertarios voy a coger aquellos fundamentales y que más
transcendencia tienen con el resto de elementos ya mencionados y que constituyen también un
elemento distintivo.
    El valor esencial, inherente a la esencia humana en libertad, es el trabajo. El trabajo duro y
todo lo que conlleva como son responsabilidad, esfuerzo, compromiso, estoicismo, superación...
sirven para establecer unos pilares bastantes firmes en contra de valores hedonistas o en contra de
vicios contraproducentes al desarrollo del individuo. El trabajo apuesta en pro de una reducción
presente del nivel de vida traducida en un bienestar futuro que no solo beneficia a nivel individual y
familiar, sino que aporta un capital a la sociedad para llevar a cabo proyectos que constituyen un
elemento fundamental de desarrollo y mejora de la sociedad. Esto que acabo de mencionar es el
ahorro y la inversión procedentes de la remuneración del trabajo y que sin el trabajo de los mismos
no llegan a constituir ese trinomio de desarrollo y mejora a largo plazo de la sociedad.
    Toda esta cultura del trabajo y régimen económico capitalista, anti keynesiano y anti
consumista por ende darían a una cultura financiera generalizada que también vendría apoyada por
principios religiosos como el pecado de la avaricia, gula o pereza. La acumulación avara de capital
sin inversión del mismo (multiplicar los panes y los peces) no da beneficio alguno al prójimo, la
inversión de este sí. La gula nos incita a evitar el consumo excesivo en pro del ahorro y la pereza
nos insta a trabajar duro. Si cogemos todo lo mencionado en conjunto nos aparece un individuo y
sociedad donde los vicios (drogas, prostitución, juego...) aparte de mal vistos moralmente, no
tendrían notoria cabida por el hecho de ser contraproducentes a los principios anteriormente
mencionados y no despertar gran atención.
    Otro valor y en relación a la temática del ensayo es la agricultura, ligada a los valores del
trabajo y los socio-económicos. Quizás la interpretación tradicionalista de este factor sería el hecho
de que el cuidar la tierra, la propiedad, el entorno en el que vives y disfrutar de los frutos de tu
trabajo incentivan a que mediante la familia las generaciones venideras hereden la cultura del
trabajo y el sentimiento de comunidad del paraje al que pertenecen.

5. Conclusión

    Como conclusión final, la naturaleza, la creación divina, el orden espontáneo de las mismas,
la religión y principios católicos, la cultura del trabajo, la repulsión del hedonismo y una moral en
cierto modo común entre los individuos establece una red de cooperación socio-económica,
intelectual y un orden que favorece y establece un sentido generalizado hacia el desarrollo y
progreso de la libertad individual y sus aportaciones a la sociedad.
    El individuo que predique estos principios no caerá en el pecado original, admitirá la figura
de un ser superior (Dios) y por ende no entorpecerá y regulará la vida del prójimo ni usará la fuerza
sobre el mismo para ello.
    Para puntualizar, quiero dejar claro que la sociedad rural posee estas características, para mí
idóneas, que en otro tipo de sociedades no se dan o no de la misma forma y por lo tanto se alejan
del orden que constituye esta. Las tradiciones y el mundo rural han sido, son y serán parte de la
costumbre y esencia de muchos individuos, solo su cultivo, predicación y realización nos salvan de
perder parte de nuestra esencia y libertad.

  CONSENSO IDEOLÓGICO, CENTRO POLÍTICO E IDEAS Una crítica al mal llamado consenso político, su naturaleza y efectos Alberto Rodríguez Cabre...